Por: Kathia Cervera
La vida financiera no es tan fácil como parece y, además, es algo de lo que nadie nos habla; ya sea en la escuela o en casa, la verdad es que poco se toca el tema durante nuestro desarrollo y crecimiento. Esto trae como consecuencia que, una vez que somos independientes, nos cueste mucho más trabajo administrar nuestro dinero, cometiendo el más grave error de todos: gastar más de lo que ingresamos. Si vives solo o sola y quieres comenzar a cambiar esto, optimizando tus ganancias, te recomiendo que empieces hoy mismo con estos pasos simples que te comparto:
Realiza un apartado en tu cuenta
Algunas apps de banco ya te permiten crear apartados dentro de tu misma cuenta para facilitarte el ahorro. Asegúrate de hacer un plan que te permita tomar una cantidad significativa de tus ingresos sin afectar los gastos fijos. Lo mejor será ponerte metas, por ejemplo, si quieres ahorrar para un viaje, calcula cuánto tiempo necesitas para juntar cierta cantidad de dinero y cuánto necesitarías guardar semanal, quincenal o mensualmente. Una vez que tengas las cantidades en mente, pásalas al papel. Asegúrate de cumplir disciplinadamente con tus montos de ahorro y tener registro constante de la cantidad que llevas guardada. Procura no tocar ese dinero para nada (a menos que sea una emergencia) y, si lo haces, pon en marcha un plan para recuperarlo lo más pronto posible para no retrasar tu agenda.
Apaga o guarda tus tarjetas
Otra buena estrategia para no gastar de más, es apagar tus tarjetas de crédito o débito. Al no tenerlas a la mano tan fácilmente, será más difícil que decidas hacer un gasto innecesario. Por otra parte, especialmente hablando de las tarjetas de crédito, te aconsejo mantenerlas guardadas en un cajón y no en tu cartera (créeme, te harás un favor); llévalas contigo solamente cuando las requieras de verdad y, si no, utilízalas para domiciliar ciertos pagos pequeños como tus servicios de streaming, planes celulares o membresías.
Difiere tus compras
¿Puedes comprar a meses sin intereses? ¡Hazlo! Esta es una ventaja que poca gente aprovecha, pero que puede ayudarte a reducir significativamente el clásico y temido “pago mínimo para no generar intereses”. Puedes hacerlo directamente en algunas tiendas o desde la aplicación de tu banco (depende del caso). Lo mejor de vivir solo, es que tienes total libertad para decidir qué compras hacer y armar un plan de pago que te permita cubrir los montos como mejor te acomode.
Separa los gastos fijos
Vivir solo puede significar dos cosas: tener menos presión o tener más responsabilidades. Sea cual sea el caso, lo mejor es tener por separado el dinero para los gastos fijos e innegociables (como la renta, luz, agua, internet), apartándolos de tus ganancias una vez que esa cantidad llega a ti. Recuerda que no dependes de nadie para definir cuánto gastas en otras cosas, pero, así mismo, nadie más responderá por ti al momento de hacer cuentas. La clave de administrarte por ti mismo está en tener control sobre lo que ingresas y lo que gastas. Haz una lista de prioridades, define cuáles son una inversión necesaria en el presente o a corto plazo y cuáles pueden esperar un poco más.
Tu lugar seguro
Sin duda, el banco es el mejor lugar para guardar tu dinero de forma segura. Sin embargo, si vives solo o sola, siempre será buena idea tener un safe place dentro de casa con algo de efectivo para disponer de él de inmediato si fuera necesario. Busca un espacio dentro de tu habitación que esté fuera de la vista y alcance de cualquier visita o personal de ayuda del hogar, incluso de ti mismo para evitar “tentaciones”; un rincón casi secreto que te permita, no sólo guardar tu dinero, sino ahorrar lo más posible. Este método, aunque quizá menos práctico, es uno de los más funcionales para administrar tu dinero si vives solo, ya que, en un abrir y cerrar de ojos, tendrás más capital del que te imaginas.
¿Cuáles de estos consejos ya pones en práctica?